La reunión Trump-Xi Jinping y su impacto en Argentina

A medida que los conflictos comerciales entre Estados Unidos y China continúan, es importante entender cómo estos desacuerdos impactan la economía global, incluso la de nuestro país. Todo comenzó el 2 de abril de este año, cuando Donald Trump declaró emergencia nacional por prácticas comerciales desleales y decidió aumentar tarifas a productos de más de 90 países, incluido Argentina.

Los primeros movimientos

A partir de 2018, tras una dura contienda comercial, Estados Unidos y China habían establecido aranceles que variaban entre el 10% y el 25% para productos de ambos lados. Sin embargo, esto no detuvo el creciente saldo comercial a favor de China, lo que llevó a Trump a imponer un 10% adicional a los productos chinos en febrero de este año, argumentando la necesidad de controlar la exportación de fentanilo.

La reacción china no se hizo esperar. El 4 de abril, el país asiático aumentó aranceles a las importaciones estadounidenses, aplicando un 10% extra a productos como energía y maquinaria agrícola. Esto fue solo el comienzo de una serie de represalias que se intensificaron con el tiempo.

Balanza comercial en crisis

En julio, Trump comunicó a sus aliados que impondría un arancel del 34% a productos chinos, lo que llevó a China a responder con sanciones a productos estadounidenses como la soja y los aviones. Todo esto desembocó en un anuncio alarmante de Trump el 9 de abril: un aumento de tarifas que llevó a algunos productos a un 170%. Esto se vio como una especie de embargo comercial.

Sin embargo, en mayo ambas partes acordaron suspender temporalmente muchos de estos aranceles, al menos hasta el 10 de noviembre. Aunque parecía un alivio, la tensión no hizo más que crecer.

El papel de las “tierras raras”

Un punto crucial de estos conflictos ha sido el acceso a las tierras raras, minerales vitales para la fabricación de tecnología avanzada. China controla el 49% de las reservas mundiales y produce el 69% de estos materiales. En diciembre pasado, anunció restricciones a su exportación bajo la premisa de seguridad nacional. Esto afecta significativamente a Estados Unidos, que depende en gran medida de estos recursos.

Nuevas restricciones en el horizonte

Recientemente, China implementó nuevas normas para exportar tierras raras y otros materiales críticos. Estas restricciones son preocupantes no solo para Estados Unidos, sino también para aliados como Japón o Alemania, ya que podrían cerrar fábricas y limitar la producción tecnológica.

En respuesta a esto, Washington ha contemplado nuevas tarifas y medidas para contrarrestar a China. Sin embargo, los efectos colaterales de estas acciones podrían ser drásticos, especialmente con la llegada de la Navidad y la posibilidad de góndolas vacías en las tiendas.

Buscando la calma en medio de la tormenta

Con estas tensiones, Trump mantiene una agenda activa que incluye encuentros con líderes internacionales. Si bien amenaza con aumentar tarifas y limitar importaciones, también busca maneras de calmar la situación, reconociendo que una escalada podría tener repercusiones muy amplias, tanto económicas como políticas.

A medida que se acercan estas reuniones, parece que ambas partes buscan salir del conflicto de una manera que les permita a cada una mostrar logros a sus respectivos electores. Solo el tiempo dirá si lograrán encontrar un terreno común, pero lo cierto es que el mundo observa atentamente estos movimientos y sus posibles efectos en la economía global.

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